un rato muy agradable, con su lectura.
Conchitatxo
se escaparon a jugar. Dios mandó a San Sebastián;
Los tres conocen el sitio lo que no ha
podido el aya,
Los tres solos y nadie más. Que lo
logre el militar.
Jugaban a hacer castillos
Y ciudades junto al mar. El mártir
se puso el cinto,
“Clara, Igeldo, Urgull, Ulia
Uno se llamaba Igeldo, me
mando Dios ¿Dónde estáis?
El mas trasto y perillán. Vio
los tres montes: “Buen "Buen sitio para descansar".
Otro Ulia, el más callado.
Y otro Urgull, el más formal. Puso arco y cinto en la arena,
Se echó…. ¡Y empezó a soñar!
Dios le dijo a Santa Clara, Mientras duermen los tres ángeles,
Que era el aya: “Ve a buscar le hacen
burla al militar,
Los tres ángeles traviesos Con el
arco y con el cinto
Que los voy a castigar. Juegan al borde del mar
Santa Clara anda descalza Será el cinto la Zurriola;
Por la orilla del mar la Concha
el arco será…
Llamando a voces “Igeldo”
Ulia, Urgull, ¿Dónde estáis? ¿Quién me
quito el cinto y el arco?
¡ Despierta San Sebastián!...
Sobre las olas saladas Urgull,
Igeldo, y Ulia
Lloran sus ojos mas sal. se
hacen señas… ¡Ja, ¡Ja, ¡Ja…
Los tres ángeles se esconden,
La arena les da un disfraz. Ya no
puede sin sus armas,
Se transforman en tres montes ir al cielo
militar.
Angélicos, junto al mar.
Llega Santa clara. “Igeldo” De cumbre a
cumbre los montes
Ulia, Urgull, ¿Dónde estáis? Le gritan ¡San
Sebastián!....
Al contemplar Santa Clara
Los montes y la ciudad,
Quedo Santa Clara en éxtasis Y así, travesura
de ángeles,
Ni adelante, ni
hacia atrás. Nace angélica ciudad.
Mujer de Lot, un flotante
Terrón de menta y sal.-
Autor desconocido.